UN AMOR
(I. Coixet, 2023)
Alguien como Sieso
No sólo por el éxito cosechado, la novela de Sara Mesa invitaba a una adaptación cinematográfica que muchos esperábamos con interés. Por su temática, personajes y acontecimientos, repleta de equívocos, tabús y prejuicios, y por las latentes frustraciones contemporáneas que atraviesan sus páginas, hacía imaginar una escenificación tan adusta y compleja, tan seca y agresiva en tiempos abruptos, que merecía ser trasladada a la pantalla.
Sin embargo, llevarla al cine también suponía un reto envenenado: era fácil imaginarla por la realidad a la que está apegada, con personajes antisociales que pueblan nuestro entorno, entre muchos detalles conocidos, y hacerlo de forma muy cercana al texto podría lastrar la originalidad de la película. Isabel Coixet debía saberlo bien, porque lo ha hecho arriesgando y aportando más de lo esperado, interpretando y explicitando más que la propia novela, lo cuál no tiene por qué ser positivo y generará opiniones encontradas, pero desde luego no se puede decir que la adaptación se haya realizado sin implicación: se nota claramente la aportación de la cineasta y sus añadidos diría que son acertados, aunque “Un amor” es una película también muy personal e íntima para cada espectador, sería absurdo hablar de ella como si las miradas de las que depende fueran homogéneas.
A nivel visual es una película de estética plomiza pero muy cuidada y elegante, con un cromatismo acorde con el universo agreste y tenso de un lugar sin intenciones de querer ser un hogar para nadie. Se visualiza la jungla, que también es rural, y el antipático espacio de lucha que Nat, su protagonista, no esperaba encontrar y que tendrá que atravesar. Dramáticamente, los vecinos y el propio pueblo parecen una secta uniforme con roles diferenciados, como si funcionaran mecánicamente para confundir en lo posible a Nat, aunque adolecen de ciertos estereotipos (y, quizá, del tiempo necesario para desarrollarlos) que los banalizan en parte. Nat, personaje perdido tomando decisiones contradictorias, aparenta ser lo que no puede ser, deseando demostrar que no es en lo que parece haberse convertido. Seguramente, una persona en momentos de debilidad, en una etapa de mutación, cuando sabe que tiene que sacar su amor propio, su carácter y lo que realmente es, descubriéndose ante sí misma, pero que por ello no merece ser tratada de manera tan incomprensiva. La falta de comunicación sincera y el lenguaje de sobreentendidos en el que Nat, traductora e intérprete, se instala, hacen de sus días una travesía de ansiedad irrespirable.
Con pequeños excesos, “Un amor” muestra la imposibilidad de adaptarse a la crueldad diaria, cuando a priori todo parece ser más sencillo que antaño y todos se empeñan en recordarlo. Una película tan interesante como la novela, en la que se aprecia una sociedad ennegrecida, desapegada e individualizada, tan egoísta de la que merece la pena escaparse. A priori era La Escapa un buen lugar para ello, pero allí no ha funcionado. Quizá, no queda otra, toca huir al lugar en el que Sieso, el perro apaleado de la protagonista, querría estar ahora.
Un amor está producida por Movistar Plus, Perdición Films, Buena Pinta Media, Monte Glauco AIE, RTVE, TV3; dirigida por Isabel Coixet, con guion de Isabel Coixet y Laura Ferrero a parti de la novela de Sara Mesa, protagonizada por Laia Costa, Hovik Keuchkerian, Hugo Silva, Luis Bermejo, Ingrid García Jonsson y Francesco Carril, con fotografía de Bet Rourich.